Por Katherine Bustos Eyzaguirre, Raúl Pino, Isabel Ortega y Darwin Reyes
Población, etimológicamente, “saqueo y devastación”, deriva del latín1, y aunque esta definición resulta algo impactante, no es como hoy la entendemos; hoy en día, más bien, entendemos población como un grupo de seres vivos de la misma especie, que coexisten en un espacio y tiempo determinado.
La población humana ha ido creciendo exponencialmente durante los últimos siglos (Figura 1). De hecho, el establecimiento del día de conmemoración de la población humana el 11 de julio, se debe al cumpleaños de Matej Gaspar, un croata que fue reconocido simbólicamente como el humano vivo número 5.000.000.000 en el año 19872. Hasta ese momento, las conferencias de población (como la de Bucarest en 1974 o la de México en 1984) se habían limitado a estudiar a la población solo como una cifra emplazada en determinado lugar geográfico, y no como una unidad compleja, sujeta a derechos reproductivos y sexuales.
Fuente: Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas3 .
El dramático aumento de la población humana trajo consigo considerables desafíos, muchos de los cuales nuestros ancestros ni siquiera habrían podido imaginar. Y fue en pos de incentivar la reflexión y la sensibilización4 respecto de estos retos, que el Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, decidió, en 1989, orientar el significado de la conmemoración de este día. Sin embargo, no fue hasta la Conferencia de 1994, en El Cairo, que este enfoque no se concretó, y en ese momento se marcó un antes y después en el análisis de la población. En esta conferencia, se llevaron a cabo cuestionamientos referidos a los derechos sexuales y reproductivos de las personas, a las acciones para mejorar la situación de las niñas y adolescentes, al estatus de la mujer y la igualdad de género, que son componentes básicos para mejorar la salud sexual y reproductiva de la población5, y son temas que en la actualidad siguen estando en la palestra.
La ONU cuenta con unidades especializadas que se centran en analizar las dinámicas poblacionales; una de ellas es el Fondo para la Población de las Naciones Unidas (o por sus siglas, UNFPA)6, que, con sedes en diferentes lugares a nivel mundial, trabaja en conjunto con gobiernos, organizaciones no gubernamentales, sociedad civil local y otros, para apoyar la planificación familiar y cuidar la salud sexual y reproductiva de la población.
Año a año, la conmemoración ha tenido diferentes enfoques, siempre orientados en la línea del derecho a la planificación familiar, asegurando el traspaso de información y recursos materiales, en términos de control de natalidad, para entregar la libertad de decisión sobre la proyección de una eventual descendencia. Estas líneas de trabajo, que tratan temas como salud sexual, embarazo adolescente, violencia de género, matrimonio infantil, entre otros, han sido más eficaces cuando van dirigidos hacia las mujeres, y cuando buscan mejorar los niveles sanitarios y educativos de ellas en los países más pobres. Sin la participación plena de las mujeres en los programas de planificación familiar, no habrá un desarrollo equilibrado7.
Consecuencias ambientales.
Constantemente, la población humana mundial continúa creciendo, y junto con esto, aumenta la superficie que utiliza, y la actividad industrial que realiza.
La actividad humana ha demostrado, en los últimos 100 años, su estrecha relación con el aceleramiento del cambio climático. El aumento de la población obliga a aumentar la magnitud de la actividad industrial, que hasta ahora no tiene dentro de sus principales objetivos la sustentabilidad. Así, con el fin de alimentar, suministrar energía y cubrir las necesidades de las distintas comunidades humanas, se han sacrificado recursos naturales como bosques, suelos y ríos, perjudicando directamente a poblaciones de otras especies (Figura 2), llevándolas a extinguirse o a estar en peligro de hacerlo, debido a la contaminación atmosférica, hídrica, pedológica (de los suelos), a la sobreproducción de alimentos, la expansión territorial, la deforestación, entre otras.
Fuente: Un millón de especies amenazadas: el preocupante informe de la ONU sobre el impacto del ser humano en el planeta, BBC8 .
Según la ONU, cerca del 25% de los animales y las plantas están siendo amenazadas. No obstante, el ser humano no tiene realmente noción de las consecuencias negativas que generan sus acciones. La expansión de los terrenos destinados a urbanización ha mermado en gran medida la cantidad de suelos cultivables y de ecosistemas, impactando en su propia calidad de vida, por aspectos tanto ambientales (cambio climático) como fisiológicos (agotamiento de recursos).
La sustentabilidad de la que hablamos, busca, mediante diversas estrategias, que el desarrollo humano se genere en equilibrio con la naturaleza, sin afectarla. Así, si se pone la sustentabilidad como el principal objetivo del desarrollo, se evitan los efectos colaterales negativos que éste ha tenido durante la historia de la humanidad.
Un desarrollo sustentable se relaciona, además, con la planificación de la natalidad, ya que mediante ésta se puede controlar la tasa de crecimiento poblacional, y con ello planificar de mejor manera las actividades humanas, procurando que se mantengan en la línea de la sustentabilidad.
Así, los derechos reproductivos de las mujeres de todo el mundo se configuran como un eje central en el logro de un desarrollo humano sostenible y deben garantizarse para todas ellas, sin importar cultura, edad, religión, etnia, nacionalidad o condición económica.
Si volvemos al significado etimológico de población (“saqueo y devastación”), luego de analizar el impacto del humano en el planeta, es prudente cuestionarse si el concepto que se tiene de población, respecto a la población humana, es el que debiera tenerse. ¿Será que su raíz etimológica latina es más precisa para definirla, que los propios conceptos contemporáneos?
Referencias
1. Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.3 en línea]. https://dle.rae.es [Fecha de consulta: 1 de julio de 2020].
2. Revista TIME (1987). Baby N° 5 Billion. [Artículo en línea]. http://content.time.com/time/magazine/article/0,9171,965044,00.html. [Fecha de consulta: 1 de julio de 2020]
3. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas. [Artículo en línea]. https://population.un.org/wpp/Graphs/DemographicProfiles/Line/900 [Fecha de consulta:1 de julio de 2020].
4. ONU, 20??. ¿Para qué sirven los Días Internacionales?. Organización de Naciones Unidas. [Artículo en línea]. https://www.un.org/es/sections/observances/why-do-we-mark-international-days/. [Fecha de consulta: 1 de julio de 2020].
5. Galdos Silva, Susana. La conferencia de El Cairo y la afirmación de los derechos sexuales y reproductivos, como base para la salud sexual y reproductiva. Rev. perú. med. exp. salud publica, Lima, v. 30, n. 3, p. 455-460, jul. 2013.[Artículo en línea]. http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-46342013000300014&lng=es&nrm=iso. [Fecha de consulta: 1 de julio de 2020].
6. Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Acerca del UNFPA. https://www.unfpa.org/es/acerca-del-unfpa. [Extraído el día 3 de julio de 2020].
7. Vilches, A., Gil Pérez, D., Toscano, J.C. y Macías, O. (2020). Crecimiento demográfico y sostenibilidad. [Artículo en línea]. OEI. ISBN 978-84-7666-213-7 [Fecha de consulta: 6 de julio de 2020]
8. Un millón de especies amenazadas: el preocupante informe de la ONU sobre el impacto del ser humano en el planeta, BBC. [Artículo en línea]. https://www.bbc.com/mundo/noticias-48176068. [Fecha de consulta: 5 de julio de 2020].
