Hoy, 20 de Febrero es el día Mundial de la Igualdad Social. Éste fue definido hace ya varios años por la ONU, con el fin de conmemorar este valor social fundamental. Si bien las definiciones varían de un autor a otro, se plantea que la justicia social busca el respeto de los derechos básicos de todo ser, y vela por el bien común y la convivencia armónica. Es así que, al llevar este concepto a nuestro país, nos encontramos con una serie de injusticias sociales de las más diversas índoles. El estallido social del 18 de Octubre del año pasado es un síntoma de aquellas, cuya causa radica principalmente en la privatización de los derechos fundamentales de todo ser humano.
Tanto salud como educación están autorizadas por ley a poder ser vistas como un bien de consumo, que se le puede privar a las personas menos favorecidas económicamente, y se le entrega, con la más alta calidad, a quienes tienen más.
Pero esto no es todo. Se ha decidido tener “zonas de sacrificio”, que son lugares en que la industria produce tanto daño ambiental, que vivir en ellos ya no es seguro para sus habitantes.
A esto se le suma la crisis hídrica, gatillada por la privatización y mal uso de derechos de agua por parte de particulares, que afecta a humanos y animales y azota a gran parte del país.
Es por esto y más que los chilenos se cansaron, y decidieron levantar la voz para exigir un cambio, y pedir respeto y políticas que les permitan llevar una vida digna en su país.
Se avecina un plebiscito que podría ayudar a concretar la implementación de dichas políticas, pero puede no ser suficiente. En el día de la justicia social, exijo que los poderes del Estado sean diligentes, y logren gestar los cambios que se requieren para que todos los habitantes de Chile podamos vivir dignamente.