Escribo esto para releerlo cada vez que me hagan dudar de mis capacidades como científica, espero que a ti compañera también te sirva.
A pesar de que las mujeres se abrieron paso en el mundo de las ciencias hace muchos años, ser una científica hoy en día sigue siendo un acto de valentía. Sin importar lo segura que estés de tus capacidades o cuántas referentes tengas, de vez en cuando alguien te cuestiona, incluso sin darse cuenta, quizás fue un compañero que intentó explicarte algo que sabías mucho mejor que él, tu profesor o colega que te ignoró cuando hiciste un comentario, o el que no puso tu nombre en una investigación en la que trabajaste arduamente. Eventualmente terminas cuestionándote a ti misma, pensando en si realmente escogiste bien esa carrera que te dijeron que era tan difícil, en qué habría pasado si hubieras escogido algo más fácil, o peor, en que quizás realmente no eras tan capaz como tú creías.
Todo eso cambia cuando conoces la historia de otras científicas que pasaron – y pasan – por lo mismo que tú. El saber que ellas tuvieron que soportar discriminaciones aún mayores puede ser muy abrumador al principio, pero al ver lo importante que son sus aportes a la ciencia y cuánto te motivaron a ti a seguir su mismo camino, te das cuenta de que tú también puedes. Si lo hablas con tus compañeras, verás que ellas también pasan por las mismas cosas, apoyarse la una a la otra es fundamental para surgir en un mundo que aún pretende invisibilizar a las mujeres. Ser una científica hoy podría servir para que mañana 10 niñas se sientan inspiradas por ti y quieran seguir tus pasos, o simplemente que no duden de que ellas también podrían hacer lo mismo. Por ellas, para que no tengan que pasar por lo mismo que tú, no te rindas! No permitas que un hombre vuelva a hacerte dudar de ti misma, porque eres valiosa, brillante, capaz y una gran científica, sin importar en qué etapa de tu carrera estés. Espero que hayas tenido un feliz día de la mujer y la niña en la ciencia.
