¿Por qué nosotros como consumidores debemos disminuir el consumo de las bolsas plásticas? Una invitación a la reflexión de un alma en cambio

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Cerca de los años 70, las bolsas se volvieron el objeto más utilizado y más propagado por el mundo, debido a su óptimo uso y comodidad. Pero en esos años no sabíamos la grave consecuencia que estas traerían a la vida en el planeta. Porque, si lo piensas, muchas de esas bolsas que se utilizaron en los años 70 o incluso antes, cuando la empresa sueca Celloplast patentó la idea, podrían aún permanecer como residuos en algún lugar del planeta.

Hoy en día, podemos notar las distintas texturas y calidades de las bolsas, diseñadas para distintos requerimientos y usos; pero me surge una duda, después de que el gobierno chileno prohibiera la entrega de bolsas plásticas en grandes empresas: ¿qué pasa con aquellas bolsas primarias? la que usamos para pesar nuestras frutas, verduras, carnes, pescados y embutidos. ¿Se hace necesario el uso de las bolsas para estos casos?

En verdulerías, carnicerías y pescaderías aún pueden entregar bolsas, pues todas las pequeñas y medianas empresas

esta prohibición será a partir de agosto del 2020. Pero, en los supermercados aún vemos que en estas secciones también hay bolsas; peor aún, ¿han visto las verduras que ya vienen con bolsas? Sí, aquellas que el productor entrega al supermercado. Se supone que esto se hace para evitar los desperdicios de los alimentos, pero ¿es necesario? (N. del E.: ¿es siquiera efectivo?)

La ley de prohibición de entrega de bolsas plásticas debería también incorporar este tipo de bolsas. No digo que sea de un momento a otro, sino más bien de forma progresiva, como lo han sido los programas para disminuir el consumo de lo que ya estamos hablando.

¿Recuerdan que en algunos supermercados había tachos con legumbres y cereales para comprar a granel? ¿No sería maravilloso volver a comprar así?

El sistema empresarial nos obliga a adquirir bolsas aunque no queramos hacerlo, porque a ellos les conviene que compremos 1 kilo de su producto y no lo que necesitamos realmente. Las cantidades la ponen ellos al envasar lo que queremos comprar.

No obstante, cuando vamos al mercado, la feria o al supermercado y nos ofrecen las bolsas plásticas para envasar nuestros alimentos, está en nosotros aceptar o rechazar la bolsa. Te invito a rechazarla, porque es innecesaria. Puedes pesar tus frutas y verduras, adquirir el ticket que entrega la máquina y luego juntarlos todos para cancelar. Quizás, no sea suficiente para hacerle ver al supermercado o a quien le compramos que las bolsas son innecesarias, pero nuestra acción estará aportando un granito más y seguramente alguien se fijará de nuestra acción y la replicará. Es mediante el cambio individual que se puede producir un cambio colectivo, y este cambio de la sociedad en conjunto es la que puede finalmente cambiar lo que las empresas nos ofrecen. Porque un cambio duradero en la demanda es la que puede hacer finalmente que la oferta se ajuste a ella.

Sobre la persona detrás de este artículo:
Katherine Bustos Eyzaguirre, 26 años
En instagram: @kathconsciente
Ingeniera ambiental. Creo fielmente en la existencia de un cambio de consciencia en la sociedad, lo que nos permitirá preservar el medio ambiente, a través de nuevos hábitos y acciones adquiridos por cada persona. Las buenas prácticas se repiten, por ello es fundamental enseñarlas y compartirlas con la población, porque a través de una educación consciente se logrará que la cultura del país y global se vuelva más sustentable.