Del 3 al 13 de junio de 2024, se llevó a cabo la sexagésima sesión de los Órganos Subsidiarios de la ONU sobre el Cambio Climático (SB60, por sus siglas en inglés) en Bonn, Alemania. Estas sesiones, realizadas dos veces al año, consisten en reuniones técnicas en las que las personas delegadas de los gobiernos avanzan en la agenda de las negociaciones climáticas internacionales.
Las negociaciones de la intersesional buscan tratar temas tales como el balance global sobre los avances en el Acuerdo de París (New Collective Quantified Goal on Climate Finance o NCCG), financiamiento para acciones climáticas, adaptación, mitigación, pérdidas y daños, transición justa, enfoques cooperativos, y actualización de las contribuciones nacionalmente determinadas (NDC).
En nuestro estatus de ONG observadora, el equipo de negociaciones internacionales de ONG CEUS Chile, realizó seguimiento de esta instancia previa a la COP 29, que se llevará a cabo en Azerbaiyán, a fin de poder tener conclusiones claras sobre temas de interés que han sido estudiados y analizados en años anteriores (Ver aquí)
En primer término, siempre es relevante señalar cómo paulatinamente la participación ciudadana ha sido un punto crítico dentro de estas instancias tan importantes. Esto por cuanto ha quedado en evidencia un amplio declive en el apoyo a una mayor participación de organizaciones y personas. Así, se ha criticado faltas al derecho de participación, a las cuotas asignadas a observadores de la sociedad civil, a falta de fondos destinados a incidencia, a faltas de pago por países integrantes de la CMNUCC, y a restricciones de visa. En general, se evidencia una mayor participación de países del norte global, lo cual restringe la discusión y la vuelve repetitiva, con poca injerencia de experiencias comunitarias tanto respecto a impactos como soluciones frente a la crisis climática.
En segundo término, en esta instancia el seguimiento estuvo enfocado en dos temas principales para nuestro continente: el financiamiento de la acción climática y el trabajo alrededor del concepto de transición justa.
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Financiamiento Climático:
Uno de los temas principales de la SB60 fue el financiamiento a la acción climática. Esto se enmarca principalmente dentro de la iniciativa de NCQG (New Collective Quantified Goal on Climate Finance) acordado en 2015 a través del Acuerdo de París (ya en 2009 los países desarrollados se habían comprometido a movilizar 100 mil millones de dólares para esta materia). Esta propuesta busca superar los 100 mil millones acordados en 2009, y es en la COP29, en Baku, donde se adoptará la nueva cifra.
Sin embargo, el financiamiento en materia climática no solo se cierne sobre las eventuales cifras (que son del todo relevantes, en especial para los países que ya sufren las peores consecuencias de la crisis climática) sino también temas que requieren ciertos compromisos políticos que han estado ausentes en esta instancia. Falta aún definir los mecanismos de apoyo financiero de los países desarrollados hacia países en desarrollo, el establecimiento de responsabilidades comunes pero diferenciadas y si se establecerá finalmente la inclusión o no de ítem sobre pérdidas y daños dentro de este flujo de recursos.
Sabemos hasta hoy que sobre el tema de financiamiento y movilización de recursos hay posiciones discordantes. Estados Unidos considera que se debe realizar un plan de inversión que conlleve instrumentos de deuda, mientras otros países consideran importante la implementación de financiamiento público. Desde el G77 y AILAC, algunos países han señalado que el proceso de actualización de las NDC debe incluir apoyo financiero, en tanto no se puede exigir a países en desarrollo la actualización sin financiamiento para la elaboración de nuevas ambiciones. Los países desarrollados tampoco pueden seguir transfiriendo carga a países en desarrollo respecto a materias de mitigación. Además, sigue la necesidad de lograr que los fondos de Pérdidas y Daños (una ganada de la COP 27 de Sharm el Sheik) esté plenamente operativo al finalizar esta COP 29.
Transición Justa: ¿Cómo va el establecimiento del Programa de Trabajo de Transición Justa (JTWP)?
En la discusión de Transición Justa (TJ) se busca enfrentar el cambio climático sin dejar a nadie atrás, a través de caminos equitativos, inclusivos, y justos. Las negociaciones durante esta SB60 apuntaron a poder evaluar cómo la Transición Justa puede ser integrada en las NDCs, LT-LEDs (estrategias de desarrollo bajo en emisiones a largo plazo), y NAP (planes de adaptación nacional).
Las ideas que se establecieron, como base para trabajar el concepto son poder desarrollar a futuro un núcleo consensuado respecto a qué es una transición justa, y que este pueda adaptarse a realidades nacionales, al igual que incorporarlo en los procesos mencionados en el párrafo anterior. La discusión también apunta a incorporar miradas de grupos vulnerables, pueblos originarios, y tener medidas concretas respecto a equidad, inclusión, justicia de género, y justicia intergeneracional. En aquel sentido, para organizaciones como Climate Action Network (CAN) es importante que el espacio de diálogo busque escalar e implementar más medidas de transición justa, más allá de compartir experiencias y relatos. También han apuntado a que se establezca un cuerpo asesor conjunto de estados parte y organizaciones observadoras para que pueda manejar el trabajo intersesional en transición justa.
Sin embargo, las negociaciones en torno al JTWP fueron las últimas en cerrar, con algunas claridades y bastante bajo impulso. En la llamada “nota informal” (que contiene los resúmenes preliminares de los puntos negociados) se evidencian varios temas pendientes, como los medios de aplicación para una TJ y las modalidades de participación dentro del mismo programa, lo cual evidencia que las Partes aún deben trabajar arduamente por lograr que esta instancia logre un debate profundo sobre TJ.
Los países en desarrollo consideran necesario poder generar más y mejor financiamiento para medidas de implementación en materias de TJ. El financiamiento existente a través de las Just Transition Partnerships es irregular, lo cual dificulta poder proyectar acciones a largo plazo. Además, existen mayores facilidades para acceder a financiamiento para construcción de capacidades que para implementar medidas de transición justa en terreno.
Países como Arabia Saudita, Venezuela, y Cuba, pusieron énfasis en que la TJ requiere de cooperación internacional, y medidas unilaterales de países generaban barreras de comercio que dificultan la transferencia tecnológica y el acceso a financiamiento.
Por otro lado, desde las organizaciones observadoras, se relevó la importancia de los gobiernos locales y sistemas de negociación tripartitos. Así, se entiende que la transición justa se implementa en las subdivisiones administrativas más pequeñas, y que requiere participación de trabajadores. De esto se concluye que medidas adecuadas de transición justa necesitan de cooperación entre distintos niveles gubernamentales, y un diálogo constante entre el estado, trabajadores, y empresarios.
Algunas reflexiones finales:
Dos semanas de negociaciones que a nuestro parecer no han tenido la movilidad suficiente para alcanzar las metas necesarias de cara a la COP 29.
Ciertos temas avanzaron a pasos agigantados, como las negociaciones sobre NCQG, pero otras, siguen en un punto que a muchas luces, evidencia falta de voluntad política ante una emergencia climática sin precedentes. Principalmente en temas de financiamiento para la acción climática.
Las discusiones sobre financiamiento han estado muy marcadas por las posiciones de países desarrollados y países en desarrollo. Los países desarrollados buscan evitar toda referencia sobre responsabilidad, financiamiento público, y obligaciones (como por ejemplo, Estados Unidos). Por otro lado, países que aún son considerados en vías de desarrollo, como China, pidió que se excluyera una eventual expansión de la base de donantes.
Por esto, todas las miradas estarán puestas en la COP29 de Baku, y con justa razón: se definirá una nueva meta para el financiamiento climático. Esta debe permitir la implementación de las medidas que surjan del Balance Global. Camino a la COP29, es imperativo recuperar la confianza en el sistema internacional. No se logró llegar a la meta de 100 mil millones de dólares anuales para la financiación climática durante 2022, por lo que se requiere un nuevo esfuerzo en este ámbito.
En materia de TJ en general, se ha logrado establecer un amplio consenso respecto a la falta y dificultades de financiamiento para materializar la transición justa en países en desarrollo. Se apunta a la falta de financiamiento para acciones concretas y aplicables en terreno (existen mayores facilidades para financiar construcción de capacidades), además de que el financiamiento a través de las JTP no es consistente. Esta falta de consistencia hace difícil poder llevar a cabo políticas de transición justa de manera sostenida, por lo que el llamado a movilizar la labor del JTWP se hace menester y se releva además la importancia que este tema tiene para países como el nuestro, considerando el avance de la industria del litio y de hidrógeno verde como alternativas a los combustibles fósiles.