Un nuevo acuerdo entre los océanos y la humanidad

El 71% de la superficie del planeta está cubierta de agua, del cual el 96,5% es de agua salada, es decir, compuesta por los océanos. Esto habla de la gran magnitud de estos y, además, de su gran y exquisita complejidad que amerita ser reconocida en este Día Mundial de los Océanos y -posiblemente- todos los días. 

Una de las cualidades de los océanos es su gran diversidad ecológica, siendo ejemplos de ello los arrecifes de corales o las praderas marinas. Esta diversidad  tiene distintos beneficios que trae al ser humano, como por por ejemplo los distintos compuestos bioactivos que contienen los organismos marinos de estos mismos ecosistemas. Entre ellos están las prostaglandinas, que se obtienen de los abanicos marinos; o la briostatina, que se obtiene de los rizomas del coral. De estas se han podido realizar estudios que han sido útiles para combatir el cáncer y, más recientemente, el uso de bacterias para el testeo rápido del COVID-19. Además, los océanos cumplen otras funciones, como  producir oxígeno, crear un equilibrio ecológico y regular las temperaturas y el clima.  Se podría decir que los océanos son un pilar fundamental para la salud y un equilibrio de nuestro planeta.

No obstante, nos encontramos frente a una problemática medioambiental de carácter global relacionado con los efectos en los océanos de las actividades antrópicas y el cambio climático acelerado por ellas.  Problemas como la acidificación de los océanos o el aumento de temperatura de estos mismos, provocan la disminución de muchos hábitats marinos fundamentales para un equilibrio ecosistémico y también para la humanidad. 

La actividad humana entra como agente externo al ecosistema marino con una infinidad de impactos, tales como: 

  • La población y su diversidad de desechos (plásticos, emisarios submarinos, entre otros)
  • La pesca industrial
  • La contaminación marina
  • El transporte
  • La alta capacidad de producción y consumo
  • Las malas prácticas junto a ineficientes políticas medioambientales.

 Todo esto ha generado un panorama controversial y alarmante, y por el cual es de suma importancia interceder y ser tajantes a la hora de actuar y tomar decisiones. 

Pero ¿por qué toman tanta relevancia estas problemáticas?

Los hábitats marinos, como los manglares, las praderas marinas o los arrecifes de coral, son fundamentales para millones de personas, tanto por la por la entrega de oxígeno como por las prácticas artesanales tradicionales como sustento económico o el turismo que se impulsa en las comunidades costeras. Estos ecosistemas se han visto afectados por el aumento de las temperaturas de los océanos, la pesca industrial excesiva, la pesca selectiva, y obviamente la contaminación de plásticos a nivel industrial y particular.

Un ejemplo de esto es la situación de los arrecifes de coral, quienes sostienen a prácticamente ¼ de la vida marina de los océanos. A pesar de su gran importancia, se han visto afectados en los últimos años (principalmente debido a la actividad humana), lo que se puede apreciar  en el progresivo blanqueamiento de sus estructuras (lo que indica su muerte). Con el ritmo que se han llevado las actividades económicas mundiales, se espera que a mediados de siglo desaparezca el 90% de los corales, lo que produciría la desaparición de millares de especies. La 6ta extinción masiva ya es un hecho para muchos, incluso la ONU. Los efectos no son muy alentadores, pero son inciertos porque dependen netamente de nuestro actuar de aquí en adelante.

Además, ha sido muy comentado el derretimiento de los glaciares árticos, antárticos y de montañas, con su consecuente aumento del nivel del mar. Esto está creando un desequilibrio que causaría enormes catástrofes que afectan directamente a la población; y más aún a la más vulnerable, debido a que no todas/os tienen el poder monetario de mudarse a una zona que no se cubra por el mar. Y por si fuera poco, existe otro factor asociado al derretimiento de glaciares: la liberación del carbono orgánico almacenado durante años, un sustento escaso actualmente para la diversidad de microorganismos de los hielos y muchos de estos no están activos por tanto inadaptados por las condiciones prehistóricas en que se atraparon entre hielos, lo cual genera incertidumbre en cómo puedan afectar los frágiles ecosistemas marinos.

A pesar de lo abismante de lo ya mencionado, muchas personas desconocen la importancia que tienen estas problemáticas, provocadas por políticas gubernamentales que solo buscan llevar el crecimiento económico del país a un nivel que permita competir y tener preponderancia ante los otros Estados. Esto se realiza sin considerar las llamadas externalidades negativas, que hacen referencia a costos no cuantificables monetariamente, algo invisible al PIB o a los índices de desarrollo que tanto (pre)ocupan.Y si bien se logró llevar por primera vez la discusión de los océanos a la última COP, es común que desde la divulgación de las posibles medidas hasta la implementación ocurran un sinfín de hechos o situaciones que empeoren el estado de las cosas (sin querer ser pájaro de mal agüero).

Podemos  decir que nos hemos desarrollado bajo un sistema que nos ha enseñado a buscar  traspasar los límites que se nos ponen en el camino, más nuestro planeta tiene límites mucho más importantes,y hay que saber respetarlos. Por eso es necesario ponerle una cota a las economías de escala y establecer las problemáticas medioambientales como prioritarias en el modelo de desarrollo que quiera usar el país, incorporando indicadores sociales y contar con su participación de manera vinculante. Las empresas deberían ser un pilar en el desarrollo de la ciudadanía más allá de asistencialismo con el que estas puedan figurar, el extractivismo pone en riesgo la salud de las comunidades y no es algo remediable, es más bien conocido como una zona de sacrificio, en que se arriesga literalmente la vida para defenderla. #EscazúAhora.

Ah, pero los poderes del Estado tienen su influencia:

Es muy relevante cambiar el enfoque de los debates sobre los “acuerdos” y tratados internacionales. El extractivismo es insostenible y no hay que dejarse llevar por el greenwashing (lo que se traduce como lavado verde, hace referencia a los proyectos que se postulan como respetuosos con el medio ambiente, sin ser real por intención u omisión), porque es un problema que nos compete a todos los países: a los productores ubicados por todo el territorio continental o insular, porque la pertinencia no está exactamente en la inversión; y a los consumidores, que ostentan distintas normativas ambientales en su territorio. Así, todos debemos poner de nuestra parte y hacernos conscientes de los efectos de nuestros consumos, muchas veces excesivos e innecesarios, producidos a costa de  vulneraciones e ilegalidades.

Fundación Terram. (2020). Concesiones Acuícolas de salmones otorgas, con proyecto técnico aprobado y en trámite ubicadas dentro de la porción marina de la Reserva Forestal Las Guaitecas a enero de 2020. [Mapa].

Para superar estas faltas, toma gran relevancia el deber de mejorar las políticas de fiscalización ya que, por ejemplo, en Chile existe una extracción ilegal de “bienes marítimos” equivalentes a 324.000 toneladas ($397 millones de dólares) en transacciones fraudulentas anuales, rentabilizando sus negocios a escondidas muy por sobre las escasas multas que pueden “caer”.

La vulneración de lo que incluso se pretende proteger es más que evidente con la creciente autorización de los centros de cultivos de salmones en nuestra Patagonia, con la simpleza de una Declaración de Impacto Ambiental, sin tomarle la relevancia que amerita. De hecho, se ha evidenciado recientemente la muerte de una ballena sei por sus infraestructuras en las aguas más prístinas de Chile, sin tener la capacidad de saber si es un hecho recurrente.

Se pone en manifiesto la falta de una vigilia efectiva, haciendo énfasis en una reflexión holística de lo que comprenden los ecosistemas marinos, incorporando también la implementación de medidas que fomenten la reducción de la contaminación. Para esto es de suma urgencia que los gobiernos opten por un desarrollo que implique una economía circular y así integrar al sector privado en las medidas medioambientales que se tomen, involucrarlos y hacerlos responsables de lo que producen, así como lo establece la Ley REP, la que -si bien ya está aprobada desde el 2016- ha costado que entre en vigencia por una  falta de trámites. 

Sin dejar de lado, además la promoción de las Investigación, el Desarrollo, la Educación, la innovación y el emprendimiento (I+D.E+i+e) y la creación de tecnologías emergentes con un enfoque sostenible, aplicables para la industria y la sociedad en general, de manera multidisciplinar.

En Chile ¿Cómo lo llevamos a la práctica?

 De manera preventiva ante una próxima Reactivación Sostenible, es necesario promover la conservación y la utilización de los océanos de manera sostenible. Una manera de protegerlos es haciéndolos santuarios marinos, es decir, áreas protegidas, reconocidas, dedicadas y gestionadas mediante medios legales u otros, para su conservación. Porque si bien, Chile lleva 1,3 millones de kilómetros cuadrados de áreas protegidas (a pesar de que como ya mencionamos se instalen salmoneras), hay más territorios que ameritan esta protección, como se presentan las exigencias en protestas contra el proyecto minero portuario Dominga.  

El proyecto Dominga afecta de manera transversal a distintos actores, tanto a los habitantes, como a los ecosistemas marinos, y por esto se necesitó y se necesita  ejercer presión política para así poder frenar a este proyecto. Como respuesta,  se convocó una red de organizaciones que formaron la Alianza Humboldt, nombre acorde con el Archipiélago del cual pretender defender una particular biodiversidad, esta coordinación de esfuerzos impulsan un asesoramiento leguleyo y generar contenido e instancias para concientizar a la sociedad civil y a las autoridades con la necesidad de proteger estos ecosistemas marinos únicos y fundamentales para especies migratorias, las que muchas veces quedan fuera de los estudios ambientales que buscan celeridad en su aprobación. Es desagradable la contaminación acústica para las majestuosas ballenas, y hiere más de alguna sensibilidad humana imaginar la posibilidad de que se cercenen con las hélices de las embarcaciones. 

ExploraSubFilms. (2019). Archipiélago Humboldt, paraíso en peligro. (Imagen)


Las amenazas en este territorio son numerosas: los pobladores ya manifestaron su rechazo a 3 termoeléctricas en 2010, pero solo pasaron 3 años para la postulación de  3 amenazas más que desprenden del proyecto“Dominga”; una mina de hierro, un mega puerto (hasta hace poco postulaban 2 puertos) y una planta desaladora, lo que provocaría efectos altamente destructivos para este ecosistema, afectando directamente a más de 900 pescadores que viven de este lugar que producen locos y machas de manera sustentable. 

Las organizaciones han pasado muchos años presionando por la finalización del proyecto; sin embargo, el “rechazo” por parte de los tribunales al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) realizado por el proyecto “Dominga”, no ha sido totalmente irrebatible. Esto se debe a las influencias y presiones políticas de la minera Andes Iron, la cual sigue apelando en tribunales.

Es por esto que se llama a estar alerta, informarse y participar activamente, apoyando a las distintas organizaciones que son partícipes de esta alianza y no permitir que se sigan destruyendo los ecosistemas marinos, que si bien no son visibles en tu día a día, no significa que no estén sucediendo. Si no tenemos el valor para salvar este ecosistema, ¿Tendremos el valor para salvar el próximo ecosistema en riesgo? ¿Necesitamos árboles? ¿Necesitamos bosques? ¿Necesitamos estos ecosistemas marinos? o ¿Pretendemos vivir en las cenizas de todo esto? 

¡Todas/os somos parte del cambio! Re-Acciona!:

  • Evitando el consumo de productos que vengan envasados en plásticos, compra en los emporios más cercanos. 
  • ¡Recicla! lo que puedas: materia orgánica, puesto que produce los GEI en los vertederos y rellenos sanitarios; plásticos ya que muchos terminan en el mar vía aire o caudales; etc.
  • Evita el consumo de pescados. Si optas por consumir, fíjate en cuál es su procedencia, pero si el etiquetado no es claro, no lo consumas. O también prefiere el consumo de pescados que proceden de la pesca artesanal, antes que los productos de supermercado. 
  • Hazte consciente de las daños ambientales que sufre o puede sufrir tu entorno, el extractivismo en Chile es diverso, pero conocido por sus efectos en la población. 
  • Busca información al respecto, organizaciones que te representen y ayudales con la difusión en tu barrio, institución educacional, trabajo y/o en tu misma casa.

Hay pertinencia

Actualmente, la mayoría de los humanos sentimos mucho más seguros con los pies en la tierra y no podemos olvidar que personas que habitaron inicialmente nuestro país en toda su extensión supieron relacionarse con su costa, en especial en las bifurcaciones que crean trechos y estrechos navegables en la parte más austral, donde las comunidades Selk’nam, Kawésqar y Yagán fueron capaces de refugiarse en elementales balsas y olas hostiles, viviendo con y por el mar. Comprendieron una muy profunda relación con el mar y le respetaban con la solemnidad que amerita. Tú de seguro le temes, te aminoras ante su inmensidad, pero es ahora cuando necesitamos enmendar nuestro recelo y comprender nuestra conexión con el planeta Agua, mal llamado Tierra.

¿Es la peor condena reflejar tus cordilleras en el mar?

P., Guzmán. (2015). Botón de Nácar. (Documental). via OndaMedia.



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